lunes, mayo 10, 2010

DÍA DE LA MADRE EN LAS MAQUILAS





Agradezco a Ana Bande porque me animó a continuar con mi blog. Gracias, amiga.


La mala racha de la crisis económica global continúa afectando la industria maquiladora en Ciudad Juárez. Se nota en muchas cosas: en los jardines, antes verdes, sin mantenimiento y con la hierba crecida; en la escasez de trailers en las rampas de entrada y salida de mercancía en los parques industriales; en los grandes letreros que anuncian la renta o venta de los edificios; en las filas de cientos de aspirantes que esperan su turno en las pocas plantas que ofrecen trabajo para unos cuantos. Y hasta en los festejos del Día de las Madres en las empresas. Hace diez años era una fecha en la que las madres trabajadoras eran homenajeadas a lo grande: se contrataban mariachis que paseaban por las líneas de producción mientras cantaban las Mañanitas. Luego se detenían y se permitía que el trabajo parara un rato para que las festejadas escucharan un par de canciones. En cuanto empezaba el turno de trabajo, las empresas regalaban flores a cada una. Y a la hora de la comida, se armaba un pequeño banquete en la cafetería, donde además se rifaban regalos y algún mariachi o grupo musical amenizaba el ambiente. Eran otros tiempos. Pero ahora, las señoras y muchachas que son madres, igual que en la época de auge, van muy guapas al trabajo en este día, sienten que merecen un reconocimiento a su labor de madres, saben que son homenajeadas y vaya que lo merecen. Las madres trabajadoras de las maquiladoras se esfuerzan de una manera increíble. A veces resulta difícil entender cómo pueden arreglárselas para levantarse de madrugada, tomar dos autobuses hasta su centro de trabajo y después de trabajar nueve horas llegar a atender una casa, unos hijos y a veces hasta un marido (una de cada cuatro hogares mexicanos lo sostiene sólo la mujer). El trabajo que tienen que hacer en el tiempo que están en casa y los problemas que deben afrontar sólo hay que imaginarlo porque la lista es larga.

Ya no hay mariachis ni rifas, ni arreglos florales en las mesas. Las empresas tienen menos recursos y el festejo es modesto pero nadie puede dejar de reconocer a todas estas mujeres pobres, que ganan 52.59 pesos diarios, que crían hijos y se hacen pedazos para mantener una familia a flote, con el agua siempre hasta el cuello, que trabajan hasta los fines de semana, muchas de ella sin el apoyo de una pareja. Será por eso que cuando les tocan alguna canción sentimental se hacen las duras para no llorar pero los ojos se les anegan y entonces dicen: mejor toquen una cumbia, no?

3 comentarios:

Ana Bande dijo...

Reconfortante culpa si algo me toca en este feliz regreso. Elpidia, te felicito una vez más por tus historias y lo bien que nos las cuentas. Esos bellezones de mujeres y madres que nos regalas se merecerían mucho más que unos minutos de música con parón de trabajo incluido...así que diles que no lo echen en falta, al fin y al cabo sólo era parte de un proceso en la cadena de producción, que se reserven para sonreir cuando les hacen estas fotos y que se imaginen el gustazo que supone para desconocidas como yo el conocerlas. Un abrazo y a seguir.

Arevalo dijo...

Hace muchos años, cuando yo tenía 16, tuve empleo en una maquila allá en juaritos (nací en Juárez). Recuerdo que los Joao amenizaron un evento que organizó la empresa (la extinta Allen-Bradley). Tocaron "Pedro navajas", "No tengo dinero" ...
No dejes de escribir y felicidades por todo.

Anónimo dijo...

Madrina favorita:

¡Qué bueno que volviste!

Un abrazote.

Andrés