lunes, noviembre 15, 2010

BAUDOIN Y TROUB'S DIBUJANDO A JUÁREZ A CUATRO MANOS

Edmond Budoin dibujando frente a la iglesia en el centro de la ciudad

El 24 de agosto del año 79, según relata Plinio el Joven en su carta al historiador Tácito, su tío Plinio el Viejo, se encontraba en Miseno, a una distancia del monte Vesubio desde la que pudo observar una nube densa y extraña que se alzaba a gran altura, "como si fuese el tronco de un árbol larguísimo…a veces de un color blanco, otras sucio y manchado a causa de la tierra o cenizas que transportaba". Describió la nube precipitándose hacia las laderas de la montaña y cubriendo todo a su alrededor, así como fuertes temblores y sacudidas. Plinio el Viejo, al mando de la flota romana en Miseno, decidió ir a investigar el fenómeno y rescatar a sobrevivientes y amigos a pesar de que al aproximarse a la costa, se enfrentó a las aguas violentas, la lluvia de cenizas y rocas hirvientes, y el humo asfixiante. La destrucción de Pompeya y Herculano estaba ocurriendo. De ésta, queda la narración que nos dejó para la historia Plinio el Joven.

Edmond Baudoin con Ricardo y Elpidia

Lo anterior viene a propósito de la visita que Edmond Baudoin, reconocido artista francés de la bande dessinée, hace a Juárez intrigado por otra nube densa y negra que se levanta tan alto en el cielo que pueden verla desde todos los rincones del mundo. Una nube que sin embargo, no es causada por un fenómeno natural, sino por el mismo hombre y sus ambiciones. A Edmond lo acompaña Jean-Marc Troubet o Troub's, otro gran historietista francés con menos obra publicada que Edmond, pero no de menor calidad artística.

Traub's y Elpidia

El humo de la muerte en el que vinieron a penetrar Edmond y Jan Marc los inspiró para venir a rescatar a las víctimas de Ciudad Juárez dándoles rostro y voz para contar no sólo sus cuitas, sino los sueños de sus vidas en el libro de narrativa gráfica que han titulado Viva la Vida. En esta maravilloso obra, Edmond y Jean-Marc, dibujan a cuatro manos a Ciudad Juárez y a sus gentes, bajo el humo y entre las balas ardientes, que construyen como pueden su cada día entre policías enmascarados armados hasta los dientes, extorsionadores, sicarios y traficantes de drogas. A veces, entre los muertos propios o ajenos. Así, por un mes han recorrido los barrios, las cantinas, las maquiladoras, el cementerio, las escuelas, dibujando y escribiendo la partitura de "la música de la ciudad" , como dice Edmond, con su notas a veces amargas, a veces dulces. De cuando en cuando, nos tomamos un vino y advertimos en Edmond y en Jean-Marc, la emoción que significa para ellos vivir de cerca tanta tragedia y aun así, encontrar escritores, maestros, fotógrafos, periodistas, poetas, activistas, y gente en la calle que se esfuerza por continuar viviendo a pesar de todo; por mantener la cabeza fuera de las aguas, por preservar la cultura que nos humaniza en la barbarie que nos rodea.

Edmond y Jean-Marc son como modernos Plinios que dejarán un testimonio generoso y fraternal para la historia del desmoronamiento de Ciudad Juárez. Por ello ahora son nuestros amigos y les estamos profundamente agradecidos.

El martes 16 de Noviembre habrá una charla y exposición del avance de su proyecto. Los detalles en el blog de Ricardo Vigueras.

martes, noviembre 09, 2010

VIVIR EN EL INFIERNO

Autobús donde Guadalupe Sujey Castillo Flores de 30 años de edad fue asesinada

En la última entrevista que concedió en vida, al preguntársele al escritor chileno Roberto Bolaño cómo veía el infierno, dijo: "Como Ciudad Juárez, que es nuestra maldición y nuestro espejo, el espejo desasosegado de nuestras frustraciones y de nuestra infame interpretación de la libertad y de nuestros deseos".

Es el infierno el que recorremos a diario mientras seguimos el ritmo de nuestras vidas: llevar a los niños a la escuela, acudir a una cita al médico, de compras o de negocios, ir al trabajo o volver de él. Eso hacía Guadalupe Sujey Castillo Flores, trabajadora de una maquiladora que se dirigía a las seis de la mañana a su lugar de trabajo. Para la mayor parte de las maquiladoras, hoy fue día de asueto, pues se toma como día festivo por el Día de la Revolución, así que muy probablemente Guadalupe Sujey fue a trabajar horas extras en este día para aumentar su raquítico salario semanal en lugar de descansar y dedicar el día a sus hijos. Pero hubo de arriesgarse a cruzar el infierno y el autobús en que iba se enfrentó a los disparon que unos asaltantes, de uno de los tipos de demonios que medran en este infierno de ciudad, dispararon al aire antes de huir luego de asaltar una gasolinera, según leímos en los diarios. Uno de los tiros entró por su nuca y salió por su rostro.

Queda en paz Guadalupe Sujey. Los mismos demonios te libraron de este infierno donde nos dejas a los vivos incapaces de apagar sus llamas. Rogaremos por el castigo para tus asesinos y repetiremos tu nombre para que la impunidad no oculte tu recuerdo.

lunes, noviembre 08, 2010

OFRENDA A LAS MUERTAS DE JUÁREZ

El martes 6 de Noviembre del 2001, una noticia conmovió al mundo. Los cadáveres de ocho mujeres jóvenes aparecieron en un descampado de Ciudad Juárez con evidencias, se supo después, de tortura de índole sexual. Muchas otras mujeres habían sido asesinadas con crueldad antes que ellas, y muchas más lo serían después, hasta sumar cerca de cuatrocientas, cuando menos hasta el 2005. Las formas que usaron los victimarios para matar a muchas de las jóvenes y la impunidad que hasta la fecha rodea los crímenes, han sido causa de estudio de especialistas y han desatado un clamor generalizado por justicia de las voces críticas del mundo.

A pesar de la lamentable cascada de asesinatos que van en aumento en esta frontera, si hay unos muertos que duelen y nunca dejaremos de recordar, son estas mujeres pobres cuya vulnerabilidad las hizo víctimas de malignos y execrables intereses. Muchas de ellas, como Claudia Ivette González, encontrada en ese descampado, llegó tarde dos minutos a la fábrica, por lo que no la dejaron entrar. Nunca más volvería a su hogar.

El 2 de Noviembre se conmemora a los muertos en México con las llamadas ofrendas, en las que se les reza, canta y llora, además de ofrecerles una pequeña muestra de lo que éstos disfrutaban en vida. Nuestros muertos ya son tantos, que toda Ciudad Juárez es ya un cementerio y los que quedamos vivos, llevamos duelo constante.

La ofrenda para nuestras muertas debería ser de justicia, de llevar en la memoria estos hechos. Yo imagino que mientras comprendían su destino a manos de sus verdugos, desearon fervientemente que recibieran castigo en la misma medida del crimen que cometieron contra ellas. Esto no ha sucedido. Como no se ha cumplido tampoco la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuyo plazo vence el 10 de Diciembre, con lo que el Estado Mexicano evidencia su profundo desprecio e indiferencia de cara a su responsabilidad hacia la sociedad mexicana, sus mujeres y las leyes. Ocho mujeres muertas le recordarán siempre la deuda que tiene con ellas y que no se saldará hasta que los asesinos sean enjuiciados y apartados permanentemente de la sociedad que desea vivir en paz.

Esta es mi ofrenda para Esmeralda Herrera Monreal, Laura Berenice Ramos Monárrez, Claudia Ivette González, María de los Ángeles Acosta Ramírez, Mayra Juliana Reyes Solís, Merlín Elizabeth Rodríguez Sáenz, María Rocina Galicia, y una mujer no identificada.