sábado, noviembre 24, 2007

VIDA DE TRABAJADORES EN RIESGO

Oleadas de gente se dirigen o salen de sus trabajos a ritmo vertiginoso en horarios casi idénticos. Calculo que debe ser aproximadamente un medio millón que trabajan en maquiladoras u ofrecen algún tipo de servicio para ellas. El grueso de los trabajadores usa los autobuses para llegar a su destino. Su salario no alcanza para comprar un carro y pagar el combustible. La circulación de todo tipo de vehículos estrangula las calles en horas punta y enrarece el aire. Esta es la imagen típica de cualquier ciudad grande con desarrollo industrial en estos días. Pero en Ciudad Juárez hay cientos de empresas aglutinadas en unos cuantos parques industriales y los semáforos peatonales, puentes elevados, pasos peatonales, señales de tráfico e iluminación suficiente que protegerían a los peatones de un accidente brillan por su ausencia. Una situación generalizada en la ciudad. Miles de trabajadores salen de golpe de los parques al terminar su turno y tienen que cruzar las calles atestadas de coches cuyos conductores rugen sus motores para arrancar aun antes de la luz verde del semáforo. Los veo en cualquier parte a lo largo de la avenida, esperando una breve oportunidad para atreverse a cruzar temerariamente entre los carros veloces que no detendrán su marcha para dejarlos pasar.

Los trabajadores de la maquiladora corren todos los días el riesgo de encontrar la muerte por atropellamiento frente a sus fuentes de empleo y ya las estadísticas obvian el caos vial existente.

El entorno moldea el comportamiento. El caos urbano genera violencia, fomenta la impunidad y ahuyenta el sentido de pertenencia. Pero sobre todo es una señal clara de falta de respeto a los derechos y una carencia grave de ética de la vida.

Alguien puede argumentar falta de recursos para emprender mejoras urbanas o asunto de prioridades, y todo se sigue postergando. El abandono es imperdonable en una ciudad de millón y medio de habitantes y con más de trescientos mil trabajadores en la industria maquiladora. Cada vez más urgen programas que establezcan un equilibrio entre la sociedad, el progreso y la naturaleza. ¿Dónde está el buen gobierno y la participación de las empresas en beneficio de la comunidad que los inicie?

1 comentario:

Anna dijo...

Buena reclamacion, pero caera en saco roto, no ves que el capital invertido es extranjero...¿ como van a querer mejorar vuestras vidas ? nada...nada, los beneficios pa' sus casas, pa' los suyos.