viernes, enero 26, 2007

DAVOS 2007: LA MANO DE OBRA POBRE EN SUBASTA

La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices.
Albert Einstein (1879-1955)

Los grandes temas del mundo se encuentran en la agenda del Foro Económico Mundial 2007 en Davos, Suiza, inaugurado el pasado 24 de Enero. Por esa razón cerca de 2400 líderes y expertos mundiales de más de 90 países se dieron cita ahí para participar en las discusiones y llegar a consensos internacionales que marcarán pautas y establecerán directrices de cara a los grandes retos que enfrenta la comunidad global en las áreas de economía, geopolítica, tecnología, sociedad, y empresa. Sin embargo, el Foro Mundial Económico no está hecho para todos. Es una fundación privada en la que los representantes y líderes pagan grandes cantidades de dinero para hacerse escuchar y asociarse con los demás. Es en fin, un gran mercado de ideas donde las voces cantantes son las del G8, los países poderosos del planeta. Es también la madre de todas las salsas en materia de finanzas y una plataforma de lanzamiento de tendencias sociales. No hay acuerdos, sino se espera que los líderes enfoquen sus estrategias de gobierno en base a las conclusiones de los debates. Antes de asistir, se esperaría que los participantes hubieran leído los ensayos en los que se basarán los debates. He leído algunos de ellos y por supuesto, el fantasma de la globalización como la cura para todos los males está detrás de su redacción.

Las estadísticas de los ensayos impresionan. Por ejemplo, uno de ellos en materia de salud, muestra el aumento creciente del número de fatalidades por la gripe aviar desde 2003 a la fecha, por lo que una extrapolación de los datos nos indica que el contagio puede llegar a ser tan virulento como la Gripe Española que mató entre 50-100 millones de personas en 1918-1919. Ciertamente los países menos desarrollados que son los que más deficiencias tienen en sus sistemas de salud deberían estar haciendo ya algo al respecto.

Además de obtener información sobre estos importantes temas, algunos de los líderes de las economías en desarrollo también asisten a la cumbre en Davos para concertar transacciones comerciales en beneficio de sus países de origen, pero ¿a cambio de qué? Leí con preocupación —Sergio Sarmiento, " Jaque Mate", en Diario de Juárez, 26 de enero—, que Macedonia, situada en la República de Yugoslavia, ofrece con orgullo a los inversionistas asistentes además de los más bajos impuestos, bajos salarios, mano de obra abundante y competitiva, entre otras atrayentes ventajas. Me parece que si deseamos competir a la par de países como Macedonia y entrarle de lleno a la globalización, el futuro augura una amputación en los derechos laborales en México y una paralización de los salarios que ya de por sí son una broma de mal gusto. Tengo la impresión de que los trabajadores y sus derechos se van ofreciendo por allí, entre los pasillos de la cumbre en bandejas de plata, en subasta en Davos. Esos son algunos de los efectos perniciosos de la globalización, con todo y que las gráficas de Davos muestren que no hay otro camino. ¿Cuál progreso y reducción de la pobreza?

1 comentario:

Jody Dito dijo...

hola Elpidia; muy interesante tu artículo. La gripe Española curiosamente en España se llamó "la Gripe Francesa" pues vino de Francia y bien que jodió, las estadísticas oficiales hablan de 150.000 muertes que en realidad fueron más (unas 300.000).Parece que empezó, fíjate, en el Tibet en 1917 (tb dicen que en EEUU, en las tropas acuarteladas para venir a Europa en la 1ª guerra mundial). En cualquier caso fue tremendo y lo más preocupante es lo que tu dices; la gripe "Española", el virus, se parece mucho a la "aviar" es la misma cepa vírica. Esperemos que no sea una nueva "gripe Española" y mate a más de 45 millones de seres humanos como dicen las cifras oficiales de la gripe Española (o Francesa, que yo estoy en España, ¡ja!)
En cuanto a foro de Davos también es mucho como dices, hay mucho "chalaneo" en los pasillos, un compra-vende que deja en muy mal lugar a los políticos.
Un abrazo