martes, febrero 14, 2006

PAREDES QUE MATAN


El 16 de Enero de este año, se cumplieron ya 22 años desde que en 1984, por mera casualidad, un cargamento de 30 toneladas de varilla procedente de la fundidora Aceros de Chihuahua en tránsito hacia varios destinos en el norte de Estados Unidos, activó los sensores de radioactividad del laboratorio nuclear de Los Álamos, en el Estado de Nuevo México. Las autoridades norteamericanas encontraron que la varilla estaba contaminada con Cobalto 60, una fuente de radiación Gamma que puede provocar desde mutaciones hasta la muerte en seres humanos. Este fue el comienzo del que se considera el mayor desastre nuclear en la historia de México que afectó, y sigue afectando principalmente a los habitantes de Cd.Juárez.
Todo comenzó cuando uno de los hospitales más exclusivos de Ciudad Juárez internó de contrabando en 1977 una cámara de radiación Gamma norteamericana que desechó 6 años después, en septiembre de 1983. La unidad fue regalada a un empleado del hospital quien la tuvo en su camioneta Datsun 81 durante meses. Los niños de la colonia jugaron con los balines radioactivos que estaban en el corazón de la cápsula mientras las vecinas platicaban recargadas en la camioneta. Al menos 35 familias vivían en la zona donde permaneció la Datsun y su carga mortal. Luego, el empleado llevó la cápsula al Yonque Fénix, un deshuesadero dedicado a la compra y venta de chatarra, donde permaneció varios meses más, contaminando el resto de la chatarra. El yonque tenía entonces 67 empleados. Varios han muerto ya.
Aceros de Chihuahua, y otras fundidoras de diversos Estados de México compraron la chatarra contaminada y fabricaron varilla y otros productos que distribuyeron a Chihuahua y a otros 15 estados, la mitad de los estados de la República. Rastrear la varilla contaminada no fue fácil, en Estados Unidos se recolectó la varilla contaminada y se demolieron los edificios construidos. Lo demás fue regresado a México. La Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias de México informó que “de 17, 636 construcciones susceptibles de estar contaminadas, 1,267 registraron niveles de radiación superiores al fondo natural, y de ellas 814 se encontraban por encima de los niveles aceptables, por lo que se demolieron” Sin embargo, miles de toneladas distribuidas sin control en pueblos y ciudades pequeñas, donde se vendió a través de intermediarios, nunca se recuperaron.
Abogados y ecologistas de Ciudad Juárez sostuvieron por años que una de las construcciones en Ciudad Juárez que fueron construidas con varilla contaminada es el Centro Comercial Plaza Juárez, que abrió sus puertas al público en 1984. Lo mismo dijeron de unidades completas edificadas por el Infonavit (Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores) viviendas ocupadas principalmente por trabajadores de las maquilas y sus familias. En los hechos, sin embargo, únicamente dos edificios fueron demolidos por radiación.
La disposición de la varilla y chatarra contaminada no ha sido adecuada. Sabemos que éstas se encuentran en Samalayuca, las famosas dunas donde se filmó la película “Dune”, a sólo 50 km al sur de Cd. Juárez y en San Juan Teacalco, una comunidad a 75 km al noroeste del Distrito Federal. Bernardo Salas Mar, un ex-empleado de la planta de energía atómica estatal de Veracruz de la que fue despedido por revelar al público su contaminación radioaciva del Golfo de México, físico nuclear y actualmente profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó una investigación en el panteón nuclear de Samalayuca y descubrió “cuatro montículos de chatarras metálicas, de un tamaño aproximado a seis metros cúbicos cada uno, expuestos a la intemperie. La inspección radiológica deteminó el riesgo de contaminación por radiación en la cadena alimentaria a partir de estos depósitos abandonados si no se toman medidas de protección. El sitio acusa erosión por agentes naturales de agua y viento. Hace años que fue abandonado. Quien sea puede traspasar su perímetro. No hay señalamientos que adviertan que ahí hay material radiactivo enterrado” La Sociedad Mexicana de Seguridad Radiológica, la Sociedad Nuclear Mexicana y la Sociedad Mexicana de Física rechazaron admitir los resultados de su investigación.
En San Juan Teacalco se almacenan desde 1984, 98 toneladas de varilla contaminada provenientes de Chihuahua. Algunos expertos creen que la contaminación del subsuelo ha comenzado un daño irreversible. En los últimos 15 años, la incidencia de muertes neonatales, cáncer de piel y malformación genética se ha multiplicado, y la agricultura, el eje de la economía de la región, ha caído de nivel hasta ubicarlos en una de sus peores crisis.
De acuerdo a información que Agustín Horcasitas Cano, ex-gerente de producción en Aceros de Chihuahua indicó en su libro “El gran engaño” que “el daño de la contaminación a la que se expuso a la comunidad con la cápsula de Cobalto 60 puede tardar en manifestarse 10, 15, 10 o hasta 25 años, de acuerdo al grado de exposición qu tuvo cada persona”
Lo menos que podrían hacer las autoridades es asegurar que los deshechos radiactivos en Samalayuca y San Juan Teacalco sean disposicionados adecuadamente. Mientras tanto, millones de personas en México están siendo expuestas a elevada radiación en más de 17,000 edificaciones entre centros comerciales, viviendas y plantas maquiladoras. El daño en términos de cáncer y mutaciones para ésta y futuras generaciones es incalculable.
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4 comentarios:

Carlos César Alvarez dijo...

No conocía esta tremenda historia. ¿Cómo pudo alguien meter una cámara radiactiva de contrabando?

Maquila Donna dijo...

El contrabando es un problema típico de las fronteras. Con todo, es inexplicable que el aparato haya pasado desaparcibido por la Aduana Mexicana a menos que haya habido corrupción. De principio a fin, esta historia demuestra la falta de controles en el manejo de desechos radiactivos y la ocultación de los errores aun por encima de las vidas humanas.

Arevalo dijo...

Yo soy de Ciudad Juárez, pero no vivo allá desde principios de los 90's. Ahora vivo en Jalisco, cerca de Guadalajara.
Conozco varios miembros de una familia y allegados que han muerto de cancer: pulmonar, en los huesos en la piel, etc. Siempre me pregunté porqué se enfermaron precisamente de cancer hasta que no me dí cuenta que ellos tienen un negocio relacionado con la fundición y la herrería. Claro, puede ser una casualidad...

Maquila Donna dijo...

Don Melón,

La ignorancia jugó un papel fundamental en este desastre. Casi todos los actores desconocían los riesgos. Lo criminal fue cuando una vez al descubierto el asunto, las autoridades le echaron tierra. Respecto al mall, el periodista Ignacio Alvarado Álvarez indica en su artículo que se sabe que solamente dos edificios fueron demolidos a pesar de que 10 mil toneladas de varilla jamás fueron recuperadas. Así que es probable que Juárez Mall siga llevando radiactividad en sus paredes.

Carlos García Gutiérrez, investigador de la UACH advirtió sobre las posibilidades de que el manto freático en Samalayuca del que alguna vez pensó abastecerse a Juárez, esté contaminado pues la varilla está enterrada apenas unos metros arriba de los mantos, dijo.