La advirtieron por el frenético aleteo entre las estructuras metálicas del techo. En su desesperación, perdió algunas plumas que cayeron flotando lentamente. Los trabajadores dejaron momentáneamente sus labores para señalarla y decir a otros que la miraran. Reían. Sorprendidos del inusual hecho. A saber cómo diablos fue a dar allí, al interior de la vieja fábrica. Podría salirse si quisiera pero la muy tonta intenta escaparse volando hacia arriba, por el tragaluz de cristal, ahí donde se alcanza a ver un minúsculo pedazo de cielo azul iluminado por el sol. Podría escapar por la puerta de los empleados, que se abre cada vez que alguien entra o sale pero no son las luces de neón su guía, es el sol.
Cansada, la paloma blanca se quedó quieta por un tiempo sobre un cable de alta tensión. Parecía vencida. Sólo veía la salida en el pequeño rectángulo azul. Alguien por fin tuvo una idea, fue por una escalera y la liberó.
Terminado el alboroto, todos dejaron de mirar arriba y volvieron a concentrarse en el trabajo con caras serias.
6 comentarios:
Mal ejemplo para los trabajadores el de esa paloma intentando ser libre, mal ejemplo...
:)
La narración es buena. Pequeños detalles de taller son los que había que discutir. Debes reunir este relato entre tus aciertos literarios. Ojalá todos pudiéramos descubrir esas cosas que tú descubres y logras perennizar en un escrito tan breve.
Felicidades por el reportaje en EP Times, un abrazo.
Enhorabuena! No sabes cuánto me alegro de ver que ya eres una blogger famosa :)
Gracias Carlos, Zerk, Don Melón, por sus felicitaciones. Lo que más me motiva del artículo es que ya son más quienes de cierta forma han volteado la mirada hacia la gente de carne y hueso - no a las manos productivas, no a los números - que trabajan en la maquila.
Saludos
Me uno a las felicitaciones. Me dio mucho gusto leer sobre el reconocimiento a este blog y, claro, al trabajo en la maquila.
Publicar un comentario