viernes, octubre 28, 2005

EN MEMORIA DE MI HERMANA DORA



Durante mucho tiempo quise recordar ese, el día de tu partida de alguna forma, decirles a todos pero sobre todo a ti que todos los días me saltas al pensamiento sin saber muy bien cómo ni por qué. Son pequeñas cosas, preguntas que me hago, imágenes que me vienen o si no, cuando me acuesto y todo se queda quieto y en silencio. Entonces me acuerdo del dolor que nos dejaste dentro y no estoy muy segura de dónde viene pero me figuro que sale de lo que nos faltó, de no haber sabido consolarte, de haber permitido que te nos fueras con tanta tristeza. Tú, cuidando que no te viéramos doblarte para que no nos acobardáramos; nosotros, escondiendo las lágrimas para no hacer más dolorosa tu agonía. Pero todo fue inútil. Al final nos quedamos tú, amordazada el alma; nosotros, ahogados nuestros sollozos. Por eso permanecen en el recuerdo sólo las miradas anegadas, llenas de asombro ante lo incontestable de la muerte. Debió haber sido distinto. Debimos habernos permitido la libertad de una despedida, debimos haberte abrazado y decirte lo mucho que te amábamos y sentíamos que te fueras así, tan sin esperarlo y debimos haber llorado juntos todos. Al querer hacernos fuertes enmudecimos y al fin te dejamos partir con los brazos extendidos, el alma expectante, el adiós inconcluso.

Hoy 28 de Octubre hubiera sido el cumpleaños de mi hermana Dora.
Dora era trabajadora de la maquila como yo.
Murió de cáncer de mama a los 36 años, hace ocho años ya.
Una enfermedad que no es mortal si se previene y detecta a tiempo.
Yo y mi familia la recordamos con amor este día.

3 comentarios:

இலை Bohemia இலை dijo...

hola ,he llegado de casualidad a tu blog...Me he emocionado con tu escrito, a mí también me falta algún familiar y se les piensa mucho...Me uno a tu felicitación y te mando una tonelada de cariño...

Agustín García Delgado dijo...

Al final nos quedamos: Dora, liberada su alma; nosotros, felices de que ya no sufre y reteniendo lo agradable que rodeaba a nuestra hermana durante sus muchos años saludables. En tdo lo demás estoy de acuerdo.

Anónimo dijo...

Tienes razon en todo, pero lo mas doloroso es que nos encerramos en nosotros mismos y dejamos ir a las personas sin decirles cuanto las amamos. Lo saben ellos? claro que si, pero nos quedariamos mas tranquilos si lo hubieran escuchado de nuestros labios