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Las últimas noticias sobre Darío indican que está estable y fuera de peligro por ahora, después de una cirugía en la que fue necesario cortarle ochenta centímetros del intestino delgado.
Las últimas noticias sobre Darío indican que está estable y fuera de peligro por ahora, después de una cirugía en la que fue necesario cortarle ochenta centímetros del intestino delgado.
Hubiera hasta rezado porque nadie gozara con regodearse con la agonía; que la muerte, ya que se empeña, llegara expedita, sin dramatismo.
Pero ni que la muerte la repartieran sólo los hombres. Ni que los asesinos se detuvieran a pedir credenciales, comprobantes de edad o pruebas de embarazo. Aquí la muerte no hace concesiones. Se desgrana ya sin mirar, sin odio ni emociones. Desde cinco centímetros a un metro noventa somos todos elegibles. Si no para morir, para ser secuestrado, para que alguien se quede con el botín de lo que traigas en tus cuentas. Veinte pesos o veinte mil, no importa, tarde o temprano alguien tocará a tu puerta, llamará a tu teléfono exigiendo, amenazando. Si para morir, la variedad es infinita. Según el verdugo, el tiempo y las formas para quitarte la vida.
Se han puesto armas en manos de miserables para matar miserables casi siempre. Alguien dice dispara, si no lo conoces no sentirás nada. La muerte sin odio se vuelve absurda, descabellada.
Los sicarios ahora disparan a trabajadores que ganan sesenta y siete pesos diarios cuando van de regreso a casa. No van tras ellos, pero es igual. La muerte así es, no tiene motivo, elige a las víctimas en una lotería. Y se extiende como una mancha roja.
Había cruzado los dedos, pero no funcionó.
Diario de Juárez 10/2872010: Rafaguean camiones de transporte de personal. Hay cuatro muertos.