Algunos de los problemas que experimenta el sector pueden poner en riesgo los empleos actuales, la generación de nuevos empleos, y la ya de por sí endeble situación económica de los trabajadores.
El primero de ellos y el más grave, es el recién aprobado Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU) cuyo rasgo más negativo para la clase trabajadora es que grava las prestaciones adicionales al salario como vales de despensa, fondo de ahorro, bonos de transporte, gastos médicos mayores, cafetería, educación, becas, bonos de transporte, de contratación y puntualidad, óptica, etc. Los empresarios tendrán que decidir entre integrarlas al salario —con lo que el trabajador tendrá que cubrir los impuestos correspondientes—, absorber el costo del impuesto, o eliminarlas —si es que es esto legal—. Otro aspecto adverso del IETU es la doble tributación, ya que las autoridades hacendarias de México y EU tendrán que ponerse de acuerdo para que los impuestos pagados en México sean reconocidos en EU. El caso es que las empresas tendrán que pagar ahora entre 200% a 1200% más en impuestos (según nota publicada en El Diario, Suplemento Manufactura, 24 de Septiembre 2007). A menos que se logre un decreto presidencial para neutralizar el impacto del IETU, podemos imaginar un escenario de fuga de empresas y las consecuencias presumibles, así como desánimo para instalar nuevas operaciones en la ciudad.
Otra preocupación es el impacto que tendrá la huelga de los trabajadores en GM en Detroit a la que ya se están sumando otras plantas en EU y en Canadá, en las plantas filiales que fabrican autopartes en esta frontera. En el peor de los casos podría haber desde paros de producción, recortes de personal y reducción de jornadas laborales en estas empresas afectando a los trabajadores locales si es que la huelga en EU se prolonga. Los problemas de GM tienen que ver con la reducción de costos laborales para hacer frente a la competencia asiática y la huelga estalló luego de que fracasaran las negociaciones entre los trabajadores sindicalizados y la empresa sobre un seguro de salud.
Una tercera dificultad, que afecta menos directamente a los trabajadores pero que estorba al terso funcionamiento del sector es el que tiene que ver con el transporte de mercancías. El incremento de peaje, la lentitud en los cruces internacionales y la oposición de los sindicatos de transportistas norteamericanos a que compañías mexicanas lleven las cargas a su destino en EU, son solamente algunos de los temas sin resolver en este renglón.
Algunos de los escollos citados representan sólo una pequeña muestra de los efectos que puede tener la globalización. La fragilidad de los esquemas que la sostienen es evidente. Al final los más perjudicados serán como siempre, quienes menos tienen.
Esperemos que conforme el tiempo se adentra en las doradas tonalidades del otoño nuestros temores desvanezcan.
1 comentario:
Mish... La cuesta de otoño.
ESPERAMOS (con verdadera esperanza) que todo mejore.
Saludos.
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