Ayer convencí a Ricardo para que fuéramos a ver al concierto de José Carreras en Juárez. No todos los días tenemos la oportunidad de ver artistas de su talla aquí. El gobernador del Estado se ha empeñado en borrar el estigma de ciudad del crimen, donde matan a las mujeres, donde los narcos ajustan cuentas en las calles acribillándose a balazos y donde miles de emigrantes cruzan cada año hacia los Estados Unidos. Para ello está impulsando programas culturales como el Festival Internacional Chihuahua, que ya va en su segunda edición este año y se construye un gran teatro que dicen que será el más grande de México. La joya del Festival – que comenzó hace unos días -, era el concierto al aire libre de José Carreras, además, con entrada gratuita. Así que veinte mil juarenses nos concentramos en la explanada del Centro Cívico Cultural Paso del Norte para escuchar la impresionante tesitura del tenor barcelonés. Desacostumbrados a espectáculos de primer nivel, los asistentes se extrañaban del protocolo del artista que salía del escenario después de cada dos canciones dejando a la orquesta su turno, y de cómo luego el director iba por él para continuar el concierto. A nuestras espaldas, alguna señora decía que tendríamos que ir todos vestidos de gala y que en algunas ciudades las mujeres hasta se ponían las pieles para asistir a conciertos de ópera. Con todo y que éramos nuevos en el tema de los conciertos, la gente más humilde aplaudía a rabiar cada interpretación de uno de los mejores tenores del mundo. Allí nos dimos cita trabajadores de maquila, indígenas Tarahumaras, universitarios, abogados, artistas, y gente de todas clases. Aunque nadie entendíamos la mayoría de las canciones, Carreras supo emocionar nuestros espíritus que demostrábamos con rostros de felicidad y asombro, como cuando cantó la famosa Granada de Agustín Lara. La ovación fue inevitable y los “¡bravos!” y ¡bravísimos! se repetían como en cascada. Al final, obligado por los aplausos que no cesaban, regresó una y otra vez hasta cantar cuatro canciones fuera de repertorio. Fue notorio que a pesar de que sabía que Juárez no era Milán, los corazones sensibles saben reconocer la belleza del arte en cualquier parte y se sintió tan agradecido con ello como si hubiera estado en el más grande foro mundial.
Ojalá que la apuesta por la cultura que está poniendo en la mesa el gobierno en Ciudad Juárez sea el contrapeso contra los actos bárbaros de algunos. Los juarenses necesitamos opciones para mirar el lado más amable de la humanidad, tal vez de esa manera podamos seguir teniendo esperanza en ella.
6 comentarios:
muy interesante el post... estoy de acuerdo, lamentablemente las grandes ciudades suelen ser el centro de todo... porque "los corazones sensibles saben reconocer la belleza del arte en cualquier parte.."
ps. es un placer ver de nuevo un post!
Cultura contra barbarie es la mejor receta, pero los políticos no suelen aplicarla. Tienen suerte en Chihuahua con ese gobernador.
es bueno tener eventos de esas clase. pero a la misma vez juarez tiene un nivel muy alto en pobresa,
quien mira a los debajo y a la izquierda, son buenos buenos estos eventos pero me da la impresion que se esta gastando de mas el dinero, el que necesita nuestros pobres los que no tiene una cama humilde donde dormir, un hospital bueno donde puedan a ir cuando estan enfermos. el de nuestros artistas que necesitan ayuda, ahora esta parte es el lado izquierdo del festival, y el lado derecho es el bueno, nunca habimo sentido y visto un festival de este tipo. pase por aqui no me tengan miedo.
LA VERDAD ME GUSTARIA SABER CUANTO NOS VA A COSTAR ESTO A CADA CHIHUAHUENSE Y, REALMENTE SE ME OLVIDA LO MALO PORQUE TRIGAN UN SUPER TENOR EXTRANJERO?
Elpidia:
Reconozco que es bueno tener la oportunidad de tener estos eventos. La tarde de Jazz en el parque Borunda, tambien estuvo muy bien, ya que en contadas ocasiones he tenido la oportunidad de oir jazz aqui en Juaritos.
Pues a pesar de que nos cueste mucho en impuestos, es preferible gastarnos ese dinero en eventos que nos unan y nos den un sentido de vecindad e identidad, que en pagarlo en cuentas de hospital o funerales. A mi me parece que traer eventos culturales de esta talla es una tarea de difusion y de esparcimiento. En vez de estar bebiendo como hacemos algunos de nosotros los juarenses, lo cual muchas veces es lo unico que hay que hacer (a parte de ir al cine a ver Hollywood), es bueno que tengamos alternativas.
Ademas, nos hace falta descubrirnos en medio de la calma, escuchando o viendo espectaculos de calidad, y ver el lado bueno de nosotros mismos: Si seguimos pensando de esta forma pesimista, en combatir el problema con mas armas en vez de inclulcar valores civicos, creo que va a ser peor.
Ya te extrañaba. Estoy contento de recibir mi día con un artículo de la mejor escritora de nuestra ciudad. No te nos desaparezcas tanto.
Creo que sí, Elpidia, hay que seguir teniendo fe y esperanza en la humanidad. Abrazo.
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