Son las ocho de la noche y acabo de llegar de la maquila. He pasado un vistazo más que rápido a los últimos textos de sólo un par de mis blogs favoritos: Turquesas Cortinas y Tanteos. Literatura hermosa y profunda; brillante como agua cristalina la de Ricardo. Leyéndolos, me doy cuenta lo mucho que deseo escribir y lo poco de tiempo que me concede la maquila para hacerlo. La Flaca me apura y me reprocha, quisiera ser divertida como ella. No me sale.
Maquilas que matan...
3 comentarios:
Lamento que la responsabilidad social pueda mas que la necesidad de expresarse y encontrarse a uno mismo, sobre todo por que ese cansancio y desilucion la he visto toda la vida en los ojos de mi madre, la seguire viendo, cuando mis necesidades pudieron mas que las suyas. Saludos.
Algunos días no hay fuerza para escribir, o falta el tiempo; pero al día siguiente la fuerza regresa por sí sola y a veces cinco minutos bastan para decir lo que se piensa, o lo que se siente, o simplemente contar lo que hay en el camino a la maquila. Y no hace falta ser siempre divertida.
Animo y saludos desde el otro lado del charco
Carlos
Ariana,
Ojalá todos los hijos de "maquilas" fueran tan solidarios con sus madres como pareces ser tú. Vi sufrir a Estela (tu madre), mi amiga y compañera de tantos años, la obligada separación de su hija. Trabajaba mientras pensaba en ti con una sonrisa...
Carlos, tienes razón y habría que ser menos ambiciosos. Valen más cinco minutos de creatividad que de lamentación.
Un abrazo a los dos.
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