martes, enero 13, 2009

EN RIESGO BENEFICIOS EN LA MAQUILA

La recesión económica no solamente está diezmando a la clase trabajadora. Los empleados que logran mantener su trabajo también están sufriendo una serie de recortes en los beneficios que no hace muchos años recibían en cualquier planta maquiladora. Los llamados bonos de despensa; bonos por asistencia; seguro de vida; fondo de ahorro; transporte gratuito; préstamos; seguro de gastos médicos mayores; revisiones salariales anuales en base a desempeño y hasta vales para gasolina, éstos últimos principalmente otorgados a empleados administrativos, están desapareciendo de los planes de las empresas para retener y motivar a los trabajadores. Lógicamente, hay una reacción automática a la imprevisibilidad de esta crisis en la economía global, por lo que las medidas para recortar gastos son simplemente naturales. Pero algunas compañías están aprovechando esta situación coyuntural, de la cual desconocemos su grado de profundidad, para evitar aplicar políticas salariales y paquetes de beneficios justos para sus trabajadores. La certeza de que la oferta supera la demanda de mano de obra y el temor de la pérdida de las fuentes de trabajo por parte de los trabajadores es la señal que algunos esperaban para pagar no más que el salario mínimo obligado por ley, que como es bien sabido, mantiene en la pobreza extrema a la mitad del país.

Con estas decisiones, se agrava tremendamente la crisis y se condena a los trabajadores a un porvenir devastador. La lista de consecuencias es fácilmente imaginable: exceso de horas extraordinarias (olvídense de las 9 horas extras por semana permitidas por la Ley Federal del Trabajo) para compensar la falta de recursos y el consiguiente riesgo en la salud del trabajador; riesgo en la seguridad del trabajador al no tener transporte a sus hogares; pérdida del valor adquisitivo, el cual tiene un rezago de varias décadas, por mencionar solo unas cuantas y en fin, todo redunda en una seria dificultad para la supervivencia de los obreros que ahora se convierten en carne de cañón, en mano de obra barata.

Habría que recordarles a estas empresas sin principios que las crisis pueden desatar consecuencias trascendentales si las medidas que se adoptan para superarlas son asimétricas y violentan los derechos primordiales del hombre.

miércoles, enero 07, 2009

MONÓLOGOS DE LA MAQUILA

Esta semana descubrí el blog Monólogos de la Maquila, que fue creado por un grupo de teatro independiente llamado "Costureras de Sueños" que desde el 2005 hasta la fecha ha venido representando la obra "Monólogos de la Maquila", una idea inspirada en las condiciones de trabajo de las maquilas textiles que manufacturan principalmente pantalones de mezclilla en el sur del Estado de Puebla. Su intento es contar algunas de las historias de los trabajadores que realizan estas prendas, que no son muy diferentes de otras historias de trabajadores de la industria maquiladora en esta frontera, y sensibilizar al público que las adquiere.


Las maquilas textiles del sur de Puebla fueron noticia en el 2006, cuando surgieron a la luz las tremendas violaciones en materia laboral que Kamel Nacif, el Rey de la Mezclilla, y propietario de muchas empresas en el sur de México, venía cometiendo contra los trabajadores de éstas y que fueron puestas al descubierto cuando el empresario se vio involucrado en una red de pederastia y pornografía infantil.

Fueron precisamente estas violaciones las que movieron a la Directora del grupo, Inti Naxhielii Barrios, a montar esta obra que al parecer es muy bien acogida por el público en aquella zona del país y sobre todo por los trabajadores que han tenido la oportunidad de verla. Sería genial que pudieran también representarla en este otro corredor industrial norteño. Hacen falta valientes removedores de conciencia como las “Costureras de Sueños” por aquí.


Puedes ver información de la obra en este video.

domingo, enero 04, 2009

LA MAQUILA SE COLAPSA Y A NADIE LE IMPORTA


Mañana lunes, todos los trabajadores de la maquila volverán a sus trabajos con los bolsillos vacíos y la mente llena de preocupaciones por los gastos inmediatos que se amontonan confabulados en Enero. Los recibos altísimos de los servicios —¿quién dijo que el gas se abarató en el mundo?—; el impuesto predial, el re-plaqueo, la renta, además de los alimentos y otros gastos primordiales.

Dudo que en los días de asueto la mayoría se haya abocado a enterarse sobre la amenaza que representa la recesión económica norteamericana que ya se manifestó en el mundo de manera implacable. Nuestros diarios locales están más interesados en vender en base a las noticias espeluznantes gracias a los grupos de bestias —interprétese lucha de cárteles — que se aniquilan en nuestras calles compitiendo por ver quién usa los métodos más crueles, que en informar a la sociedad sobre los asuntos importantes que la afectan. Hay que recordar que aquí el acceso a Internet y otra información impresa de calidad es privilegio de unos cuantos.

¿Quién explica a estos trabajadores el riesgo inminente al que se enfrentan de perder su trabajo? ¿Las causas detrás de esto? ¿Quién se ha preocupado, ahora que ya la recesión está sobre nuestras cabezas como sombra negra a punto de caer sobre todos, por recomendar las precauciones que en asuntos económicos pueden tomar? ¿Por qué, ahora, como en la recesión del 92 el gobierno carece de un plan anti-crisis que amortigüe el impacto del desempleo que provocará este colapso financiero? ¿Y cómo se pretende aminorar el efecto de los golpes de las piezas de este dominó en otros temas como aumento de la criminalidad, (sí, aún más); las deudas; migración; el abandono de niños; la violencia doméstica; el alcoholismo; la interrupción de la educación? ¿Y qué me dicen de los movimientos de descontento social que podrían encenderse?, cuando menos esto último debería preocuparles. Ante esta indiferencia flagrante lo único que cabe pensar de nuestros gobernantes es que a nadie le importa. Me viene a la memoria la famosa frase apabullante de Rhett Butler abandonando a una suplicante Scarlett O'Hara: “Frankly, my dear, I don’t give a damn”, o como diríamos en México: “La neta, m´hijita: me vale madre”

La Industria Maquiladora vive una situación especial debido al encadenamiento de ésta a los vaivenes de la economía en Estados Unidos. El TLCAN, Tratado de Libre Comercio de América del norte (o NAFTA, North American Free Trade Agreement) creado para estimular el desarrollo económico de Estados Unidos, México y Canadá (hecho que en la práctica, no ha “estimulado” demasiado a México, y como todos sabrán, el principal beneficiado ha sido Estados Unidos) tiene ahora el efecto contrario y arrastra inevitablemente al colapso de esta industria por los efectos de la recesión.

Los pitonisos de la economía norteamericana dicen que si todo va bien, ésta tocará fondo y empezará a crecer nuevamente para Julio del 2009, de acuerdo a una encuesta de 50 pronosticadores profesionales de Blue Chip Economic Indicators. Basan sus pronósticos en el paquete de estímulos que apruebe el Congreso bajo la administración de Obama de 675 billones de dólares en los siguientes dos años, en los bajos precios de la gasolina y en la gradual confianza de los consumidores.

Pero sin el apoyo de este estímulo, el consenso es que la economía continuará en recesión a lo largo del 2009.

Otros, son más pesimistas, como el profr. Nouriel Roubini de la Universidad de New York, quien prevé " una profunda y prolongada contracción que durará hasta el final del 2009" y aun en el 2010, agrega, la recuperación será tan débil que se dejará sentir terrible aun si la recesión (la más larga desde 1930) técnicamente haya terminado"

Con este conocimiento a la mano, es dudoso que la Industria Maquiladora recupere los empleos que perderá con toda seguridad este año. En otros países, continuamente leemos predicciones, opiniones , recomendaciones y toma de medidas emergentes para mitigar los embates de la ruina económica. Pero aquí, ¿a quién le importa? Supongo que en el gobierno mexicano opina que no hay gran diferencia entre 50 millones de pobres y 50 millones con varios cientos de miles más.